¿Optimismo sostenible?
Scott Bessent ha sido el elegido de Donald Trump para dirigir el Departamento del Tesoro. Como gerente de fondos de cobertura, primero en la firma de George Soros y luego en la suya propia (Key Square Capital), Bessent se especializó en macro-investment habiendo logrado generar miles de millones de dólares en ganancias apostando a favor y en contra de divisas, tasas de interés, acciones y otras clases de activos en todo el mundo.
En su primera entrevista después de su selección, Bessent destacó que su prioridad política será cumplir con las diversas promesas de recortes impositivos de Trump. Entre ellas, hacer permanentes los recortes de su primer mandato y eliminar los impuestos sobre las propinas, los beneficios de la seguridad social y el pago de horas extras.
La promulgación de aranceles y la reducción del gasto también serán un foco, dijo, al igual que “mantener el estatus del dólar como moneda de reserva mundial”. Bessent se convirtió en uno de los asesores más cercanos de Trump al agregar profundidad a sus propuestas económicas y defender sus planes de políticas comerciales más activistas.
La decisión del nuevo presidente de EE.UU. se produjo después de que Elon Musk criticara a Bessent como una “opción que no cambia nada” mientras presionaba por el director ejecutivo de Cantor Fitzgerald, Howard Lutnick, en su lugar (más tarde, Trump nominó a Lutnick para dirigir el Departamento de Comercio). Wall Street ha festejado sin dudas la designación.
Nosotros creemos que, más allá del nombre, es un paso importante el estar reconociendo que hay un problema fiscal y debe ser cuidadosamente tratado, a diferencia de momentos previos a las elecciones cuando ninguno de los dos esbozaba planes para el saneamiento de las cuentas públicas.
Bessent, si es confirmado como secretario del Tesoro, será el encargado de supervisar la venta de billones de dólares en bonos del gobierno estadounidense. Si bien todos los meses son un foco de seguimientos de hasta qué punto los inversores podrían soportar nuevas emisiones de deuda, las últimas licitaciones han sido exitosas evidenciando que el apetito aún se encuentra activo. No obstante, y a pesar de que los principales holders (China y Japón) han estado reduciendo o desacelerando sus posiciones mientras el resto de países han estado sumando, como porcentaje del PBI esto se ha mantenido en el caso de organismos públicos pero incrementado para los tenedores privados.
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